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Tuesday, August 11, 2009
Los cuatro Puentes. Viaje sin regreso
Thursday, July 30, 2009
La vision
Esta experiencia le ocurrió a un joven francés
y a su grupo de amigos. Me lo contó un verano :
Se habían reunido para hacer espiritismo y habían adecuado la habitación para que todo fuera más lúgubre. Les quedó bien, iluminados tan sólo por las velas encendidas, los amigos se dispusieron a practicar la ouija y durante un rato se estuvieron divirtiendo. Alguien les contestaba, aquello estaba animado.
Entonces uno de los chicos comenzó a hacer cosas raras y todos dirigieron sus miradas hacia él. El francés que me contó la historia alzó su rostro y vió algo más... algo que los demás no pudieron ver.
Dos fuertes manos aprisionaban la garganta del chico y apretaban, apretaban. La víctima abría la boca y buscaba aire pero nadie supo cómo ayudarle, tenían mucho miedo.
El chico que observaba miró hacia arriba y vió al dueño de esas manos. Tras la víctima, estaba su propio padre muerto años atrás.
El fantasma del padre que asesinaba al hijo más allá de la realidad... en forma de espíritu estrangulaba un cuello que los otros chicos veían desnudo, sin esas manos apretando y apretando...
Al final ocurrió lo impensable. La víctima se soltó de las manos y corrió en dirección a la ventana para lanzarse al vacío. Los amigos actuaron rápido esta vez y consiguieron cogerlo de las piernas salvándole la vida.
No sé qué habrá sido de aquel joven.
Monday, June 29, 2009
El fantasma
Blancas y finas, y en el manto apenas
visibles, y con aire de azucenas,
las manos que no rompen mis cadenas.
Azules y con oro enarenados,
como las noches limpias de nublados,
los ojos, que contemplan mis pecados.
Como albo pecho de paloma el cuello,
y como crin de sol barba y cabello,
y como plata el pie descalzo y bello.
Dulce y triste la faz, la veste zarca...
Asi, del mal sobre la inmensa charca,
Jesus vino a mi uncion, como a la barca,
y abrillanto a mi espiritu la cumbre
con fugaz cuanto rica certidumbre,
como con tintas de refleja lumbre.
Y suele retornar, y me reintegra
la fe que salva y la ilusion que alegra,
y un relampago enciende mi alma negra.
( Salvador Diaz Miron )
visibles, y con aire de azucenas,
las manos que no rompen mis cadenas.
Azules y con oro enarenados,
como las noches limpias de nublados,
los ojos, que contemplan mis pecados.
Como albo pecho de paloma el cuello,
y como crin de sol barba y cabello,
y como plata el pie descalzo y bello.
Dulce y triste la faz, la veste zarca...
Asi, del mal sobre la inmensa charca,
Jesus vino a mi uncion, como a la barca,
y abrillanto a mi espiritu la cumbre
con fugaz cuanto rica certidumbre,
como con tintas de refleja lumbre.
Y suele retornar, y me reintegra
la fe que salva y la ilusion que alegra,
y un relampago enciende mi alma negra.
( Salvador Diaz Miron )
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